Sin duda la cerveza SIN es un elemento de seguridad en la carretera, como también lo es tener nuestro vehículo en perfectas condiciones. Pero ¿qué ocurre cuando tenemos un vehículo con cientos de kilómetros rodados y queremos rejuvenecerlo? ¿es posible? Consultamos con varios expertos para ver si el milagro se podía obrar.
Hicimos el experimento con un vehículo que tiene mucho tute: una de las motos SIN Riders. Ya lleva tres vueltas a España, marca más de 130 kilómetros y tiene 12 años. Hay muchos productos que prometen mejoras espectaculares con aditivos, pero nosotros quisimos comprobar si funcionan y elegimos a los decanos del sector, BG, una empresa estadounidense que se dedicada a esto desde hace 45 años y que incluso tiene una universidad que investiga exclusivamente mejoras en motores de explosión. De primeras, lo que prometen sobre el papel, suena poco creíble. Según Javier Jiménez, presidente de BG España, al aplicar estos tratamientos “lo que vamos a notar fundamentalmente es que no recuerdas cuándo estrenaste tu moto. Es como estrenar de nuevo la moto“.
Las palabras están muy bien, pero quisimos comprobarlo. Por eso, por primera vez metimos nuestra moto en un banco de potencia para ver el antes y el después. Los responsables del banco Suzukicenter nos dijeron que lo que van a hacer los productos que van a aplicar es reducir la fricción de todos los componentes del motor que giran y regenerarlo. Va subsanar los baches del motor para darnos una relación más alta y conseguir un poquito más de potencia y de par. Si tuviéramos que hacer un símil, es como si una persona tiene un exceso de colesterol y se quiere reducir para que el corazón trabaje mejor y más cómodamente. Las partes que van a tratar son: el aceite del cárter, el sistema de combustible entero, la admisión y la inyección.
Un tratamiento de estas características va desde los 20 euros a los 250. Los hay para moto y para coche. Dura apenas dos horas y lo más importante, no hace falta abrir el motor.
Terminado el tratamiento volvimos a hacer las mediciones y resultó que el banco de pruebas no miente. La moto ha ganado tres caballos de potencia, ha reducido sus emisiones y consume menos gasolina.
A la hora de probarla también notamos las diferencias: la potencia entra más fácilmente, va más fina. No es un milagro, dicen que es ciencia, tecnología y química. Tratar bien un vehículo es algo a lo que por desgracia no estamos muy acostumbrados, pero cuando lo hacemos, nos dará más seguridad y un considerable ahorro en averías y consumo. Bridamos hoy con nuestra cerveza SIN por las buenas costumbres.