
La cerveza sin alcohol ha ganado una gran popularidad en los últimos años. De hecho, España es el país de la Unión Europea en el que más se consumió, superando en volumen total a toda Latinoamérica.
Es ideal para quienes desean disfrutar del sabor y la frescura de la cerveza sin los efectos del alcohol. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo se hace la cerveza sin alcohol? En este artículo te explicamos el proceso detrás de esta bebida y te contamos algunas curiosidades e historias interesantes sobre su origen. ¡Sigue leyendo!
La historia de la cerveza sin alcohol: de necesidad a tendencia
Antes de hablar de cómo se hace la cerveza sin alcohol, es interesante entender cómo surgió esta versión de la tradicional cerveza. La historia de la cerveza sin alcohol no es reciente, aunque su popularidad ha aumentado considerablemente en los últimos años.
La primera cerveza sin alcohol se produjo en 1919 en los Estados Unidos, durante la Prohibición, una época en la que la venta de alcohol estaba prohibida en el país. En ese contexto, algunas cerveceras comenzaron a desarrollar versiones de cerveza sin alcohol para que la gente pudiera seguir disfrutando de su sabor sin infringir la ley. Sin embargo, no fue hasta las últimas décadas que la cerveza sin alcohol empezó a tener una presencia significativa en los mercados de todo el mundo.
¿Qué es la cerveza sin alcohol?
La cerveza sin alcohol es una bebida similar a la cerveza tradicional, pero con un contenido de alcohol muy bajo o nulo. En muchos países, una bebida se considera «sin alcohol» si tiene menos del 0,5% de alcohol por volumen (ABV, por sus siglas en inglés), aunque en algunos lugares, la cifra puede ser aún más baja. No obstante, el sabor sigue siendo similar al de una cerveza convencional, lo que hace que muchas personas la elijan como alternativa.
¿Cómo se hace la cerveza sin alcohol?
El proceso para hacer cerveza sin alcohol es bastante similar al de la cerveza tradicional, pero con un paso adicional para eliminar o reducir el alcohol. A continuación, te explicamos las principales formas en las que se consigue esta hazaña:
1. Fermentación controlada
Una de las formas más comunes de hacer cerveza sin alcohol es utilizando una fermentación controlada. En este proceso, los cerveceros permiten que la levadura fermente la mezcla de agua, malta y lúpulo, pero controlan la temperatura y el tiempo de fermentación para evitar que el alcohol se produzca en grandes cantidades. De esta forma, el contenido de alcohol en la cerveza se mantiene bajo el 0,5%.
2. Desactivación del alcohol
Otra técnica para elaborar cerveza sin alcohol es la eliminación del alcohol una vez que se ha producido. Para ello, se utiliza un proceso conocido como «destilación al vacío», que reduce la temperatura de la cerveza sin causar que se pierdan los sabores. Al eliminar el alcohol de esta forma, se obtiene una bebida que conserva las características del sabor original, pero con un contenido de alcohol prácticamente nulo.
3. Uso de levaduras especiales
Algunas cerveceras optan por utilizar cepas de levaduras especiales que no fermentan completamente los azúcares presentes en la mezcla. Esto impide que se forme una cantidad significativa de alcohol, pero permite que la cerveza mantenga el sabor que conocemos y amamos. Este proceso también puede implicar la adición de más ingredientes para dar cuerpo y sabor, como el lúpulo.
4. Filtración
Una técnica menos común, pero también utilizada, es la filtración. En este caso, la cerveza se somete a un proceso de filtrado en el que se eliminan las partículas responsables de la producción de alcohol. Aunque esta técnica puede ser más rápida, el sabor de la cerveza suele ser ligeramente diferente al de una cerveza convencional.
El sabor de la cerveza sin alcohol: ¿realmente es igual?
Una de las principales dudas que la gente suele tener sobre la cerveza sin alcohol es si su sabor se parece al de la cerveza tradicional. La respuesta es sí, aunque con algunos matices. El proceso de eliminación del alcohol o su control en la fermentación implica que algunas cerveceras ajusten el contenido de lúpulo, malta y otros ingredientes para mantener el sabor lo más parecido posible al de una cerveza normal.
No obstante, algunas personas notan que las cervezas sin alcohol tienen un sabor ligeramente más dulce o menos intenso, lo que se debe a la menor cantidad de alcohol presente. Sin embargo, muchas marcas han mejorado tanto sus recetas que las diferencias en sabor son ahora casi imperceptibles para el consumidor promedio.
¿Vale la pena probarla?
En resumen, la cerveza sin alcohol es una bebida refrescante, con historia y tradición, que sigue ganando adeptos cada día. Y aunque el proceso para hacerla puede variar dependiendo de la cervecera, el resultado es una cerveza que mantiene ese sabor único y característico que tanto nos gusta. ¡No dudes en darle una oportunidad!