La Harley SIN Riders era una ilusión que deseábamos hacer realidad de la manera más espectacular. Se trataba de crear una moto con personalidad y fuerza para vivir las experiencias SIN Riders de una forma única. No fue fácil la elección porque en España hay muy buenos constructores y transformadores, pero finalmente nos decantamos por un equipo que ha sido galardonado por sus trabajos en numerosas ocasiones, tanto a nivel nacional como internacional. Y nos fuimos junto a la Albufera de Valencia, al taller de Sueca Iron.
José Ferrer esta al frente de este equipo. Ha llegado muy lejos en sus 22 años de historia teniendo en cuenta que es un autodidacta que empezó en el taller de su padre ayudándolo a reparar tractores. Un buen día, vio la luz y se dio cuenta de que su vocación era modificar y mejorar las míticas Harley Davidson. Pocos creyeron en él, sobre todo, porque en aquella época apenas un puñado de moteros rodaban en esas monturas.
En 1994 ganó un pequeño campeonato de constructores en Ibiza pero, al año siguiente, consiguió imponerse en varias categorías en la mítica concentración de Faro, en Portugal. A partir de entonces se profesionalizó y empezó a ganar varios campeonatos nacionales. Su éxito definitivo le llegaría cuando en 2013 quedó tercero a nivel mundial en la categoría de Custom Retro con una Flat Head de la segunda guerra mundial que modificaron de manera genial.
“Customización” de la moto SIN Riders
El encargo era tan sencillo como complicado: “customizar” una Harley Road King Custom en la Harley SIN Riders, una moto que debería ser el buque insignia de los SIN Riders y la cara de nuestro mensaje de responsabilidad en la carretera, con personalidad y carácter, sin perder fiabilidad y comodidad, ya que tenía que estar preparada para rodar durante miles de kilómetros.
Desde Sueca Iron tenían claro que había que darle un aire más rockero y contundente. Por eso lo primero que hicieron fue cambiar la llanta delantera por una más grande de 21 pulgadas. Además, el guardabarros original se cortó y se estrechó para adaptarlo y se bajó la suspensión.
La parte central de la moto cambió también de manera radical con un manillar semi “cuelgamonos” y un asiento bicolor en negro y marrón de Roland Sands. El filtro de aire es un Super Suck original de Sueca Iron Desing que mejora enormemente la potencia de la moto.
La parte trasera fue un trabajo fino, ya que se limpió por completo y se adaptó para instalar unas maletas de una Electra de 1973. Los luminosos se instalaron dentro de las maletas en una sola pieza que reúne todas las luces necesarias.
Mención especial merece la pintura desarrollada por el artista Tino Blasco, en la que se han invertido más de 100 horas. Se trata de unas flames sobre una base de fuego real con un resultado espectacular. Junto con el logo de SIN Riders, hay una frase que cierra el guardabarros de esta maravilla sobre ruedas, un pensamiento que siempre nos acompañará a los SIN Riders en cada viaje y en cada aventura: “Audentis Fortuna Iuvat” (la suerte favorece a los audaces). Quedan claras nuestras intenciones, ¿no? Preparaos porque tarde o temprano, nos encontraremos en el asfalto para brindar juntos con una SIN, ¡salud!