La prevención y una conducción prudente son nuestros mayores aliados cuando estamos en carretera, ya sea en nuestra moto o en el coche. Sin embargo, en algunas ocasiones podemos tener algún contratiempo inesperado que puede darnos un buen susto o incluso provocar un accidente.
Hoy en SIN Riders vamos a hablarte de los cinco percances con los que solemos encontrarnos más frecuentemente y la mejor manera de afrontarlos.
1. Pinchazo.
Un pinchazo es uno de los problemas más habituales que podemos sufrir en la carretera y requiere una actitud tranquila. Un neumático puede pincharse por diversos factores externos, o incluso puede explotar. Todos los que hemos pinchado por primera vez nos hemos asustado un poco pero, siguiendo nuestros consejos, verás que no es de los percances más serios que puedes encontrarte.
Si vas en coche, sujeta el volante con firmeza y, si ves que el vehículo tiende hacia un lado, enderézalo. Levanta el pie del acelerador poco a poco hasta que veas la posibilidad de salir de forma segura de la carretera hacia el arcén y parar.
Si vas en moto, también debes mantener firme el manillar y hacer que la trayectoria sea lo más recta posible, frenando progresivamente hasta poder salir de la calzada.
2. Conducción nocturna.
Muchos conductores, o bien porque no tienen más remedio o porque les resulta más tranquilo, deciden hacer sus viajes de noche. Al anochecer, el flujo de vehículos desciende notablemente y, en ocasiones, se agradece. Sin embargo, conducir con poca luz también entraña ciertos riesgos que, con precaución, pueden prevenirse.
De noche, la falta de iluminación puede alterar ciertas perspectivas visuales. Por eso, antes de salir, debes comprobar que el sistema de iluminación y señalización de tu vehículo esté en perfectas condiciones. Hay que circular a una velocidad adecuada, e incluso por debajo de lo recomendado en las señales, ya que no percibiremos igual los obstáculos.
También es necesario ser muy cauteloso a la hora de adelantar, ya que la falta de luz puede impedirnos ver qué viene en sentido contrario. Otro de los problemas con el que nos podemos encontrar con poca luz, te lo contamos en el siguiente consejo.
3. Deslumbramiento.
De noche, y especialmente en carreteras poco iluminadas, es muy habitual cruzarnos con otros vehículos que llevan puesta la luz larga y no la reducen a la luz de cruce al detectar nuestra presencia, deslumbrándonos y cegándonos por unos segundos. Este lapsus de tiempo puede ser suficiente para que no veamos lo que tenemos delante, pudiendo causarnos un disgusto.
Cuando te deslumbren, reduce la velocidad y fija tu vista al lado derecho de la calzada, si hay línea que separa a ésta del arcén mejor, ya que tendrás una referencia para continuar con la marcha. Esto hará que el deslumbramiento te afecte menos.
Si no puedes evitarlo y quedas totalmente cegado, disminuye la velocidad todo lo que sea posible, siempre y cuando no tengamos vehículos detrás y podamos hacerlo con seguridad. Si es necesario, posible y, sobre todo, seguro, para en el arcén hasta recuperar la visión.
4. Fallo en el frenado.
Este es uno de los tragos más amargos con el que podemos encontrarnos y suele suceder sin que nos lo esperemos. Los frenos fallan por algún problema mecánico o porque directamente se han desgastado. Si además vamos cuesta abajo, la angustia y el riesgo será mayor.
Si estás conduciendo un coche, lo primero que debes hacer es encender las luces de emergencia y aminorar la velocidad del vehículo a través del motor, es decir, reduciendo las marchas. Además, debes frenar de manera rápida y constante y, a la vez, levantar el freno de mano suavemente. Si con todas estas acciones no logras detener el vehículo y hay suficiente espacio en la carretera, mueve el volante en modo zigzag ya que la fricción de las ruedas hará que la velocidad se reduzca considerablemente. Como última opción, saca el coche al arcén o sal de la carretera hasta conseguir que la vegetación o lo que haya en tu camino frene el vehículo, siempre de la manera más segura posible.
En una moto este percance es menos común porque si uno de los frenos falla siempre tendrás el otro como opción para detenerte. Sin embargo, puede darse el caso de que los frenos se calienten en exceso, se estropeen las pastillas o que nos quedemos sin líquido de frenos. Si nos ocurre esto, baja las marchas y aplica técnicas como la comentada del zigzag hasta salir, si fuera necesario, de la carretera.
5. Obstáculo en la carretera.
En muchas ocasiones, de la manera más inesperada, nos encontramos con un obstáculo en carretera que, si no se esquiva, puede causar un accidente. Puede ser desde una carga que haya caído de un camión hasta un vehículo averiado, un animal o un objeto que ha terminado en la carretera por condiciones climatológicas (rocas, troncos, etc.). Lo primero que tienes que hacer, lógicamente, es intentar evitar el impacto contra dicho obstáculo, controlando la conducción y recurriendo al freno en condiciones de seguridad. Siempre y cuando puedas detenerte, señaliza mediante triángulos a los conductores que vengan detrás de ti por la misma carretera para que puedan advertir el peligro. Si puedes pararte o tienes Bluetooth en tu vehículo, llama a las autoridades y advierte del peligro, señalando el punto kilométrico y la carretera en la que el obstáculo se encuentra, para que procedan a retirarlo.