No las llaman las Islas Afortunadas por casualidad. Después de pasar por Tenerife, nos queda claro que los afortunados hemos sido los SIN Riders por disfrutar durante unos días de la cálida acogida de su gente, de sus 21 microclimas y de unas de las mejores carreteras espectaculares por las que hemos rodado en nuestras vidas.
Día 1
Llego la hora. Los SIN Riders poníamos un broche de oro a esta gira 2015 al poder llevar nuestro mensaje de incompatibilidad de carretera y alcohol a uno de los parajes más espectaculares que tenemos en España: Tenerife.
El primer encuentro fue con nuestro cicerones: 20 miembros de la sección Tenerife de la Asociación Harlista de España (AHE) que se encargarían de enseñarnos los lugares más destacados de este paraíso terrenal.
La ruta del primer día fue un gran aperitivo a lo que estaría por llegar. Tras visitar Santa Cruz de Tenerife, pusimos rumbo a Villa de La Orotava, un municipio de estilo colonial del que depende el 80% del Parque Nacional de las cañadas del Teide. Un lugar perfecto donde tomarnos juntos unas cervezas SIN bien fresquitas para disfrutar del momento y para estar con los reflejos al 100%, ya que por delante teníamos una subida de más de 40 kilómetros de curvas y más curvas hasta la montaña más alta de España
Esa subida fue de quitar el hipo: primero, por la sorprendente frondosidad del trayecto; pero sobre todo, por nuestra primera toma de contacto con el Teide. Es difícil explicar ese paisaje desértico, casi lunar. Todo alrededor refleja, de una forma poética, la bestialidad arrasadora que ese volcán puso en sus días de manifiesto. Un paisaje hipnótico con los contraluces que nos ofreció el atardecer.
Día 2
Nuestros amigos de la AHE aseguraban que nos llevarían a una carretera sorprendente aunque desconocida para la mayoría de los turistas, en el norte de la isla: El Macizo de Anaga.
De nuevo, verdor, agua y vegetación desbordante por una revirada carretera que parecía que nos llevaba directos a las nubes. Rodando por su cresta, vimos como el mar nos rodeaba por ambos lados, a la vez que su arboleda creaba un túnel natural por el que discurríamos con las motos de forma casi sensual. Un día más, nos quedábamos sin aliento.
Día 3
“Lo mejor está por llegar” nos decían nuestros amigos moteros de la isla. “Imposible mejorarlo” pensábamos nosotros… y nos equivocamos.
Esta vez desde el sur, desde Arona, arrancábamos una nueva subida al Teide. Primera parada en Vilaflor, el pueblo más alto de España. Desde allí, pudimos invitar a unas cuantas cervezas SIN a todos los moteros que usan esta población como parada antes de hacer este recorrido.
Primero, el desierto del Teide: tan impresionante que si John Ford lo hubiera conocido, seguro que habría rodado aquí muchos de sus westerns. La ruta nos llevaría hasta Portillo y, de ahí, rumbo al observatorio por donde pasaríamos junto al famoso Mar de Nubes, o Panza de Burro, que forman los vientos alisios cuando chocan con la isla. De remate, una bajada de infarto por un fascinante bosque de pino canario hacia La Esperanza.
Sin dudarlo, esto ha sido una de las mejores rutas de este 2015. Por todo esto, por los buenos ratos que pasamos y, sobre todo, por la gente tan fantástica y acogedora que hay… ¡los SIN Riders volveremos!