Hoy en SIN Riders queremos hablaros de una experiencia para el disfrute. Como sabéis, en el mercado podemos encontrar muchos tipos de coches: familiares, deportivos, para ir por el campo, para consumir poco… y otros para divertirse y terminar con una sonrisa de oreja a oreja, como es el caso del Slingshot de Polaris.
Slingshot es como los anglosajones llaman a nuestro famoso tirachinas y, no en vano, su estructura vista desde arriba en forma de “Y” se asemeja. Tras la sorpresa inicial al ver esta máquina, con sus formas tan agresivas y deportivas y, sobre todo, por ser un vehículo que solo monta una rueda en su tren trasero, surge la primera pregunta: “¿Es un coche o una moto?”. Pues ni una cosa ni otra, es un “triciclo” y como tal se contempla en la legislación española, que lo ha catalogado en la categoría “L7”, se puede conducir con carnet de coche (B) y sin casco. En EEUU, sin embargo, su conducción requiere carnet de moto y casco.
Respecto al casco, nuestra recomendación es que se lleve siempre que se vaya por carretera, por una sencilla razón: su parabrisas es muy bajo y, además de hacer más cómoda la conducción, nos protegerá de cualquier elemento externo que nos pueda golpear.
Slingshot monta un motor de coche de 2.400 cc de General Motors que da 180 cv, lo que unido a sus 750 kg consigue que la relación peso/potencia sea de lo más interesante. Aunque lleva control de estabilidad y tracción, esta última ayuda se puede desconectar, lo que resulta en un pilotaje mucho más divertido, siempre y cuando se tengan unas manos expertas y se sepa dosificar el gas.
Si eres de los que se han decidido a conducir este invento, es importante que dejes la vergüenza en casa, porque todo el mundo te va a mirar en carretera, en la calle, en los pasos de peatones,… No resultó difícil que nos coláramos en una caravana de superdeportivos que nos encontramos por las carreteras de Madrid. Con ellos nos fuimos de ruta y el camino terminó en un agradable cóctel en el que pudimos pedir una ronda de cervezas SIN para nuestros amigos y pasar un buen rato.
Ellos son el Slingshot & Billionaire Motor Club un grupo de propietarios de automóviles exclusivos que busca un servicio de lujo integral más allá de simplemente salir a dar una vuelta con sus coches. Los socios, acostumbrados a llevar vehículos que superan los 400 cv, son los primeros que apoyan la filosofía SIN Riders.
Dejamos a nuestros amigos con nuestro “Tirachinas” y llegamos a una conclusión: no hace falta gastarse 200.000 euros o más en un superdeportivo si tenemos un ego gigantesco y nos encanta ser el centro de atención. Por poco más de 30.000 euros puedes conseguir ser el objeto de todas las miradas y disfrutar como un enano a los mandos de una máquina que parece concebida para un superhéroe de Marvel.