
Hoy en SIN Riders os presentamos al intrépido, José María García “El Culebra” para el que parece que el mundo no es suficiente. Y es que él siempre quiere más y sus viajes se le quedan cortos (aunque el último de ellos haya durado dos años). Necesita ir más allá y seguir viajando con su moto, conociendo y descubriendo. Sin duda, un digno heredero del espíritu de los grandes exploradores y aventureros, ya que pocos pilotos pueden presumir de haber dado la vuelta al mundo y completado tres rallies Dakar por su cuenta, como es su caso.
Como dice el refrán, “de casta le viene al galgo”. Su padre motero (quien a día de hoy, con 70 años, sigue viajando sobre dos ruedas) le regaló su primera moto con 10 años y desde ahí, fue un no parar. En cuanto cumplió los 18 empezó a viajar. Primero por Europa, algún viaje a Marruecos, e incluso realizó uno de los más deseados por los moteros: Cabo Norte. Pero le supo a poco. En ese momento es cuando se planteó su primera gran aventura: cruzar el continente americano desde la punta más norte de Alaska, hasta Ushuaia, ciudad argentina conocida por ser la urbe “más austral del mundo”.
Ese primer sueño lo hizo realidad en compañía de su hermano. Recorrieron 55.000 kilómetros en 9 meses. Según nos cuenta “deja de ser un viaje cuando pasas el primer mes, entonces ya es una aventura. Fue una maravilla conocer tanta gente, tantas culturas y tantos países. Ahí me di cuenta de que merece la pena viajar”.
La suerte le sonrió y quiso que en ese viaje conociera en Costa Rica al responsable de una multinacional que le daría trabajo a su vuelta a España. Esta anécdota es importante porque gracias al apoyo de esta empresa conseguiría hacer realidad su siguiente reto: correr un Dakar, algo que hizo en 2006 cuando todavía se disputaba en África. Aún se estremece cuando recuerda lo duro que fue. Lo hicieron con los medios justos y eso le obligó a estar noches sin dormir y a sobreponerse a todo tipo de dolores. Consiguió lo que muy pocos pilotos novatos y privados han conseguido: acabar el Dakar, que como comenta “Fue durísimo. De los siete que fuimos en el equipo solo conseguí terminar yo. En gran parte lo hice usando las piezas de los que se iban retirando. Cuando terminé prometí que no lo volvería a correr”. Pero nunca cumplió esa promesa porque lo volvería a correr dos veces más (una lo terminó y la otra llegó casi hasta el final).
Su mente inquieta ya estaba dando vueltas a la siguiente aventura y no tardó en encontrarla: De Madrid a Sídney para, desde ahí, viajar al sur de África y volver a España cruzando el continente negro, y todo ello en compañía de su novia. Es el viaje del que habla con más fascinación y una sonrisa en la cara. Tardó en realizarlo dos años y recorrió en total más de 100.000 kilómetros con cientos de aventuras que contar. Ahora que “El Culebra” está en Madrid nos dice que todavía no se ha recuperado de la experiencia. Imaginamos que es por la dureza de la aventura, pero no, es porque todavía no se termina de acostumbrar a estar parado sin viajar. Su mente (no lo dudéis) ya está pensando en el siguiente desafío y nosotros, los SIN Riders, estaremos ahí para contarlo.