Sin Riders de viaje a Gredos y Toledo: De la cabaña al palacio.

  •   29/09/2015

Sin amenazas de lluvia en todo el fin de semana, y con una temperatura que ronda los 24 grados, comenzamos nuestra ruta. Es el tiempo perfecto para cualquier motero. Ese en el que se puede rodar con un sol, que ni calienta ni da frío; esos kilómetros que puedes hacer cómodamente con tu chupa puesta sin que mueras de calor, o se te congelen los huesos. Quedarse en casa es un pecado y el dinero no puede ser una excusa.

Por eso, desde SIN Riders, os proponemos dos rutas magnificas pensadas para todos los bolsillos: nos vamos a la Sierra de Gredos y a Toledo; a una cabaña y a un Palacio; naturaleza e historia. Dos viajes únicos para cuando nos queramos dar un capricho.

Gredos, naturaleza, económico
Para esta ruta salimos de Madrid por la conocida carretera de Los Pantanos, la M501, en dirección a San Martín de Valdeiglesias. Lo bueno empieza cuando cogemos el desvío hacia Navaluega. Seguimos por Burgohondo, Navatalgordo, Navalosa y llegamos a Hoyocasero. Aquí encontramos el conocido camping motero de “El Escoces de Gredos”. Se trata de una frondosa arboleda pensada como una parada para todos los moteros que disfrutan de las carreteras de esta zona.

Lo cierto es que cualquiera puede alojarse aquí por unos quince euros al día. Además, el motero encontrará a muchos compañeros con los que tomarse una cerveza SIN, mientras comparten historias. Por supuesto, las zonas comunes están llenas de carteles de concentras, revistas de motos y recuerdos de toda una vida dedicada a las dos ruedas.

Otra de las ventajas es que desde aquí se hacen muchas quedadas moteras para recorrer el entorno. De hecho, nos sumamos a esta iniciativa y ponemos rumbo al puerto de Serranillos junto a medio centenar de motos. Una gozada.

Toledo, historia, un capricho
Continuamos nuestra ruta hacia Mombeltrán para dejar Gredos por Ramacastañas, camino a Talavera de la Reina. Desde aquí, rodaremos casi paralelos al Tajo, cruzando Cebolla y la Puebla de Montalbán para llegar a la majestuosa “ciudad imperial”: Toledo.

Aquí se respira historia por los cuatro costados, fruto de los siglos en los que convivieron las tres religiones: cristianos, judíos y musulmanes.  Nos metemos con la moto por su laberíntico casco viejo hasta llegar a uno de los hoteles más singulares de la zona, un capricho en el camino, el Fonte Cruz Toledo, el antiguo palacio de la emperatriz Eugenia de Montijo.

Así que lo dicho, si hace bueno, sobran las excusas para no coger la moto y salir a disfrutar de todo lo que nos ofrecen nuestras carreteras que es mucho, bueno y variado.

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