Por primera vez en sus 40 años de vida, el Super Rally Europeo de Harley Davidson Club (HDC) se ha celebrado en España y los SIN Riders estuvimos allí para vivirlo y contarlo. Es una de las citas moteras más esperadas del año que ha traído a visitantes de todo el continente hasta la ciudad aragonesa de Alcañiz.
Acudieron moteros de Alemania, Suecia, Bielorrusia, Italia, Irlanda, Reino Unido y prácticamente de todos los países europeos donde hay federaciones de HDC. Algunos se recorrieron más de 6.000 kilómetros para no perderse esta cita anual, una de las más prestigiosas y que a más amantes de las Harley Davidson concentra. El presidente del HDC de Aragón, José Manuel Giner “El Trillero” no podía ocultar su satisfacción por haber conseguido este hito: “Es la primera vez que se hace en España, además en Alcañiz y gracias a la gente del circuito de Motorland. Estoy loco de contento. Los presidentes de todas las federaciones me han trasladado su sorpresa por lo bien organizado que estaba todo”.
La satisfacción por el evento fue general, a pesar de que algunos tuvieron que abandonar la zona de acampada en el circuito por el intenso viento del cierzo que no dejó de soplar durante toda la cita.
Motorland era el punto cero, lugar donde todo ocurría. Allí acamparon la gran mayoría de los asistentes y allí se instalaron cinco gigantescas carpas que albergaron nada menos que 34 conciertos. Al estar ubicado en un circuito, se pudieron organizar igualmente las famosas carreras de cuarto de milla, primero entre coches clásicos y luego entre motos especialmente preparadas. Todos ellos, por supuesto, “Made in the USA”. También pudimos encontrar los clásicos mercadillos, exposición de motos, stands de piezas, todo tipo de puestos de comida, etc.
Otro de los puntos calientes fue la Plaza de España de Alcañiz, acondicionada con un look de lo más motero al estar plagada de Harleys. Hubo un gran ambiente entre todos los riders europeos que no dudaron en aprovechar su asistencia a la cita para realizar rutas en 100 km a la redonda para conocer más de la tierra y su entorno.
Con una SIN bien fría pudimos charlar y rodar con muchos de ellos, contándonos anécdotas e historias de la carretera. Unos suecos nos contaron que estaban encantados porque, al preguntar a una anciana por un sitio en donde hacer la colada, ella misma se ofreció y, al volver a recoger la ropa lavada, la mujer no quiso cobrarles. Decidieron darle 50 euros, a lo que ella respondió regalándoles dos botellas de vino que ella misma hacía. “Esto no te pasa en ninguna otra parte del mundo. Qué buena gente estamos encontrando en España y qué buenos ratos estamos pasando,” nos dijeron.
Al marcharnos del Sueperrally sólo nos quedó un deseo, que no vuelvan a pasar cuatro décadas antes de volver a ver este estupendo evento en España.