SIN Riders por tierra de olivos

  •   12/11/2015

En España tenemos un tesoro único apreciado por todo el planeta: el aceite de oliva virgen extra. Oro verde deseado en todos los países y que se consigue gracias a miles de hectáreas de olivares que se extienden principalmente por el norte de Andalucía. Hoy los SIN Riders nos sumergimos en este universo de lujo y placer para el paladar con el fin de conocerlo y disfrutarlo a fondo.

Para ello ponemos rumbo a la provincia olivarera por excelencia: Jaén. Tras cruzar Despeñaperros, en el Km 267 de la N-IV veremos un desvío a Vilches. Hacía allí nos dirigimos, porque en este pueblecito se encuentra la mayor embotelladora de aceite de oliva del mundo. Sus datos son impresionantes, ya que disponen de la tecnología más puntera que les permite envasar una media de 200 millones de litros al año. Aceite que se exporta a 85 países de los cinco continentes.

Lógicamente, ya que estamos metidos en faena, nos enseñan a diferenciar los distintos aceites y sobre todo, a reconocer la joya de la corona: El aceite de oliva virgen extra. Para ello nos enfrentamos a una cata a ciegas. En unos vasos azules para que no podamos guiarnos por la apariencia nos colocan las muestras. Tras probar uno rancio y tener bien claro cual es la antítesis de la calidad, llegamos a probar los aceites de mejor calidad. Dos características principales les delatan, además de un sabor afrutado: que amargue un poco  en los laterales de la lengua y que pique ligeramente a su paso por la garganta.

Con la lección aprendida, toca ahora conocer todas las posibilidades gastronómicas que ofrece el aceite de oliva virgen extra, por eso nos dirigimos al fascinante pueblo renacentista de Úbeda. Aquí, nuestro buen amigo Anselmo Juarez regenta una antigua casa judía del siglo XIV convertida en un templo culinario con el mejor aceite del mundo. Anselmo valora sobre todo cómo varía este elemento a diferentes temperaturas, por eso juega con él de mil maneras para poder hacer desde un plato de Andrajos (un contundente guiso serrano) hasta un huevo a baja temperatura con trufa o un yogurt con frutas  de postre que quita el hipo. Tan versátil es, que encima marida a la perfección con la cerveza SIN, especialmente con la cocina que se hace en el otoño muy basada en la caza y los guisos.

Con todo esto, está claro que si os habíais quedado sin ideas para vuestra próxima escapada, aquí tenéis un planazo de lo más vistoso, entretenido y suculento.

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