Así, como suena, a lo grande, sin pensárnoslo dos veces. La ocasión merecía la pena, debía ser memorable y el viaje pintaba de lo mejorcito. Metimos las coordenadas en nuestra cabeza, abrochamos el casco, cerramos los guantes y arrancamos rumbo a lo exótico ¡siempre con la SIN por bandera!
Es curioso, porque no tuvimos ni que parar a echar gasolina, y llegamos a nuestro destino en tan solo una hora. Pues sí, la historia tiene truco del bueno. Hace ocho años, un visionario se enamoró de Tailandia, pero le pareció enormemente tedioso tener que cruzarse medio planeta para llegar, así que hizo realidad aquello de “Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma” y se trajo una porción de lo mejorcito de Asia a orillas del Mediterráneo, exactamente a Alicante, en Asia Gardens.
Tan real como estar allí mismo
Nada se ha dejado a la improvisación y se ha cuidado hasta el más mínimo detalle. Todo se ha traído desde la otra punta del planeta, desde el personal o la comida hasta las más de 300 especies botánicas que se pueden disfrutar en sus jardines.
Impresiona desde la llegada. Aparcamos la moto ante dos chicas tailandesas que nos sonríen y saludan como mandan las tradiciones. Inmediatamente sabemos que allí uno va a descansar y recargar pilas… y un SIN Rider que se precie sabe que lo primero que hay que hacer para desconectar es conseguir una cervecita SIN bien fresquita y, a partir de ahí, lo que surja. La pedimos junto a un arroz abanda espectacular y estudiamos la situación: estaba claro que allí uno iba a disfrutar.
Modo Asia ON
Para meternos de lleno en el mundo asiático, conocimos a Begoña Baño, campeona de España de Thai Chi, que nos introduce en una técnica milenaria donde la lentitud, la precisión y la concentración lo es todo. Nos asegura que es lo mejor para la mente y el cuerpo y que da mucha tranquilidad ¡una gozada!
Rematamos el viaje al relax, poniéndonos en manos de Ayu, una joven tailandesa que aprendió las técnicas ancestrales del masaje de su tierra en el templo de Wat Pho. Es increíble como siendo tan delgada puede sacar tanta fuerza para volver a poner cada músculo y cada hueso en su sitio (dicen que el picante de su comida les da esa energía).
Modo Mediterraneo ON
Dejamos Asia y nos fuimos a dar un paseo con la moto por Altea, uno de los pueblos más bonitos de esta costa. Allí encontramos detrás de la iglesia al hostelero más reconocido y entrañable del lugar, Florencio, que nos preparó en su terraza el manjar de estos mares: El dentón, una especie de mero, cocinado de la forma más natural (al horno con verduras de la zona), que resulta una maravilla. Además, nos aseguró que es el maridaje perfecto con nuestra bebida favorita: la cerveza SIN.
El punto final a esta experiencia SIN Riders lo puso un chapuzón histórico, el que nos dimos con Sot, un león marino de lo más juguetón y de lo más impresionante Mundo Mar,nadar con él sería algo difícil de olvidar, como todo este viaje.